
Casa Refugio es un gesto horizontal que se posa sobre el paisaje sin perturbarlo.
Desde el acceso, un recorrido —casi litúrgico— desciende hacia el interior. Un muro de tierra apisonada acompaña el trayecto como columna vertebral del proyecto: sostiene, contiene y recuerda que aquí se construye con lo que yace bajo los pies. Enraíza la arquitectura al lugar.
La casa es abierta pero íntima, con patios que oxigenan la experiencia interior, permitiendo que el clima, la luz y el sonido de la naturaleza se filtren con sutileza. La zona social se diluye entre adentro y afuera, y el mobiliario, como arquitectura menor, ordena el espacio sin jerarquías forzadas.
El agua aparece al final del recorrido, como promesa y como recompensa. La piscina, contenida entre muros bajos y vegetación, es espejo y ritual. Su presencia nocturna transforma la casa en un pequeño santuario de luz líquida.
Desde el corte se comprende la estrategia: el terreno se excava suavemente para permitir que la casa se entierre lo justo. El techo plano, como una línea trazada con calma, protege sin imponerse. No hay gestos heroicos: hay precisión, hay escucha, hay resguardo.
Casa Refugio es una arquitectura para volver al centro, para respirar con la montaña y el viento. Un espacio donde la intimidad se expande en diálogo con la tierra.
Habitar el umbral entre la tierra y el agua...
Localización: La Ceja, Antioquia
Año: 2024
Área: 390 m2
Equipo de diseño: Arq. Tomás Henao, Arq. Alejandro Palacios, Arq. Roger Restrepo
Coordinación obra: Ing. Jaime Aristizábal y Arq. Sebastian Vergaño
En asocio con Arq. Cristina Henao












